El comercio exterior viene batallando desde el año pasado,
tras la caída de 5.3% del volumen del comercio mundial
a causa de la pandemia. Este año, la Organización
Mundial del Comercio (OMC), prevé que las transacciones
aumenten 8%. Sin embargo, el 23 de marzo ocurrió otra
tragedia, bastante alarmante para la economía mundial,
pero, seis días después, tuvo un final positivo.
Se trata del buque portacontenedores de nombre Ever
Given, uno de los más grandes del mundo. Éste, viajaba
desde el puerto de Tanjung Pelepas, en Malasia, al puerto
de Róterdam, en los Países Bajos, pero, en el camino por
el canal de Suez, ubicado en Egipto, encalló, ocasionando
pérdidas multimillonarias, tras pasar seis días el canal
bloqueado, con más de 420 barcos sin poder hacer mucho;
las opciones eran: regresarse y tomar otra ruta o esperar a
que el barco volviera a reflotar.
Según datos de la consultora Lloyd’s List Intelligence, el
bloqueo, que duró casi una semana, arrojó pérdidas diarias
alrededor de $9.500 millones, tomando en cuenta que los
contenedores bloqueados llevaban comida, productos
químicos, vehículos, ganado y hasta gas licuado y petróleo.
A su vez, el incidente también le costó al canal al menos
unos 15 millones de dólares al día por los peajes que no
pudo cobrar.
Este accidente dejó en claro la fragilidad de las cadenas de
consumo globales y a su vez expuso la concentración de
riesgo que representan estos buques, por su peso y espacio
que ocupan. El ejemplo más claro es el Ever Given, que
mide de proa a popa unos 399,94 metros -el equivalente a
cuatro campos de futbol-, pesa 240.000 toneladas y puede
trasladar hasta 20.000 toneladas.
¿Qué podemos aprender?
Según datos arrojados por la Conferencia de Naciones Unidas
sobre Comercio y Desarrollo, el transporte marítimo acapara
entre 70% y 80% del comercio mundial. De este porcentaje,
al menos 12% pasa por el canal de Suez. Ahora bien, seis días
fueron suficientes para que se generara un desequilibrio
en el comercio internacional, reflejando aumento en el
precio del petróleo, miles de empresas afectadas, no solo
por la falta de suministros, sino también por la escasez de
contenedores, el aumento de los fletes y la congestión en los
distintos puertos.
La aseguradora alemana Allianz, publicó un informe sobre
la situación en dicho canal, en el que prevé una reducción
en el crecimiento comercial mundial anual entre 0,2 y 0,4
puntos porcentuales.
Luego de este incidente, quedan algunas lecciones por
evaluar y analizar para que no vuelva a suceder o al menos
intentar evitarlo. A continuación, destacaremos algunas de
ellas:
1- No es el único paso marítimo . Aunque el
canal de Suez es importante para las cadenas
de suministros a nivel mundial, no es el único.
También está el Estrecho de Ormuz, el Estrecho
de Malaca y el Canal de Panamá. Las empresas
navieras tendrán que replantearse las rutas,
evaluar tiempo y costos.
2- Productos regionales. La producción e
importación de productos regionales vislumbra
una gran ventaja para los países, más que todo
del norte y sur de américa, en la reducción de
riesgos y optimización de tiempos ante un
bloque marítimo. Esto es una gran oportunidad
para las empresas que producen, por ejemplo,
autos y tecnología.
3- Buques más pequeños. Desde hace tiempo
se viene advirtiendo sobre el tamaño de los
portacontenedores, que cada vez son más
grandes y más difíciles de manejar. Este incidente
obligará a los propietarios y constructores de
barcos a analizar la rentabilidad y seguridad de
los mismos. Expertos aseguran que, con buques
más pequeños, estos problemas podrían
resolverse de manera más rápida, a menor costo
y con un mínimo de impacto ambiental.
4- Modernización de canales. La última vez que
fueron ampliadas algunas partes del canal de
Suez, fue en la década pasada, esto constituye
que, con la generación de barcos más grandes,
aún sigue siendo difícil navegar en él. A su vez,
el Canal de Panamá, depende de las lluvias,
situación que lo hace bastante complejo. Con el
incidente del Ever Given, las naciones tendrán
que trabajar en mejorar estos espacios para
tener mayor rentabilidad. China hace un tiempo
anunció el ambicioso proyecto para crear la
Nueva Ruta de la Seda, que unirá el occidente
de China con el mar Arábigo y el océano Índico.
Habrá que esperar los resultados cuando se
concrete la construcción.